1 Elegir días convenientes para viajar. Empezamos con un consejo que parece bastante obvio, pero que no está de más recordar. En viajes breves, o no tanto, hay días en los que las tarifas suelen disminuir notablemente. No es lo mismo viajar un jueves o viernes de ida, para retornar un domingo o un lunes, que viajar desde un sábado para retornar un martes. Incluso los martes y miércoles, suelen ser los mejores días en cuanto a precios para concretar nuestro vuelo.2 Ser flexible con las fechas y jugar (con fechas alternativas) en los buscadores. En el caso de la búsqueda de vuelo, el lema de que “el tiempo es oro” podría ampliarse a “el tiempo nos puede hacer ahorrar tanto como oro” si es que disponemos de plazos flexibles para volar. De hecho, puede que el mejor negocio de cada línea aérea sea el vender billetes a viajeros que no disponen de tiempo entre escalas, o fechas alternativas para volar. Y en cambio, el viajero que dispone de tiempo, fechas flexibles, y disposición a realizar escalas largas (es bueno saber que muchas aeropuertos cuentan con comodidades en donde pueden convertirse en una oficina o un descanso placentero) es el beneficiario de los mejores precios y descuentos. Se flexible, y podrás sorprenderte con las ofertas encontradas.
3 Utilizar compañías aéreas de bajo coste por continente. Resulta que hay cantidad de ofertas de compañías de bajo coste que no son registradas por los grandes buscadores de vuelos. El auge de nuevas compañías aéreas sedientas de viajeros es un nicho que no deberíamos subestimar a la hora de buscar nuestros vuelos. Hay compañías aéreas en Europa que se han posicionado con sus buenos precios como Ryanair (que también tiene sus detractores y con razones, tema para otra entrada), o Easyjet. En Asia, compañías como Jetstar, o Malaysia Airlines o AirAsia tienen rutas que bien podrían ser parte de nuestros itinerarios para reducir costos. Deberíamos pensar en un viaje largo, en utilizar combinadas distintas compañías de bajo coste en nuestra ruta. Y lo recomendado: buscar vuelos en la web de cada una de éstas compañías de bajo costo, y estar atentos a sus ofertas.
4 Convertirse en un experto en la gestión de millas viajeras. En el mundo viajero inglés se habla mucho del concepto de travel hacker, un tipo de viajeros expertos en eso de perseguir y acumular millas, puntos de recompensa, y obsesionarse con no hacer absolutamente nada si es que no les permite acumular millas y llevar los costos tan cerca de cero como sea posible. El convertirse en un experto en “hackear” millas viajeras (el entrecomillado es porque no tiene nada de ilegal, sino que es una forma de referirse a ésta forma de acumular millas poniendo el sistema a nuestro favor), es un tema de cierta complejidad como para desplegarlo en un párrafo. Existen webs que profundizan todos los tips para ésta modalidad como travelhacking.org o flyertalk.com.
5. Suscribirse a los alertas de promociones y ofertas de aerolíneas. Un buen cazador de vuelos no sería tal si no está suscripto a los alertas de vuelos y promociones de cada aerolínea. Siendo que un día puede significar una diferencia de cientos de dólares, estar suscripto a alertas de aerolíneas y buscadores que operan en nuestras rutas y destinos de interés es una buena forma de estar informado de esa oferta que no podríamos dejar pasar por alto. Para hacerlo, sólo hay hay que suscribirse por mail a cada aerolínea para recibir las ofertas, o a buscadores como Airfarewatchdog o Travelocity en el caso de vuelos en el entorno de Estados Unidos, sólo por citar un6. Buscar vuelos dentro de una misma aerolínea pero con distinto dominio para aprovechar diferencias de la tasa de cambio. Por ejemplo, dentro de una misma web de una aerolínea, puede haber dominios con diferentes terminaciones (britishairways.co.uk también tiene un dominio .com). En ambos dominios, encontraremos los vuelos en diferentes monedas, y tal vez la tasa de cambio de uno y otro modo termine por beneficiarnos. No funciona con todos los países o aerolíneas, pero nunca está de más probarlo.
7. Comprobar rutas alternativas. Los grandes aeropuertos suelen tener grandes costos operativos que se trasladan a las tarifas. Por eso no está mal comprobar siempre una ruta alternativa que tal vez nos sale a cuenta. Ésto puede funcionar sobre todo en Europa, donde hay cantidad de aerolíneas. Por ejemplo, un vuelo a Dublín, tal vez es más barato que un vuelo a Londres con alguna aerolínea de bajo coste.